Qué puedo hacer como médico I : Sabes más que ellos Informa.
- riseelu2018
- 30 may 2018
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 31 may 2018
Informa no solo por ser un derecho, sino por que es la condición necesaria para la tranquilidad del niño y su familia

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Informar a una familia no se trata simplemente de la formalización de un derecho del paciente sino de algo necesario en muchas ocasiones que el proceso terapéutico de tu paciente sea efectivo (...) De alguna manera podemos decir que una familia informada es una familia tranquila.
Sabes más que ellos, informa.
Como médico, juegas el papel de ser quien mejor conoce todo lo relacionado con el estado de salud del niño durante su enfermedad y su porvenir más probable, como el posible desarrollo del proceso, si existirán limitaciones psíquicas o físicas, etc. Todo este conocimiento que has adquirido no puede quedarse únicamente en ti y en tu equipo. Es vital que el resto de los actores del proceso conozcan también lo que está ocurriendo, pues de alguna manera podemos decir que una familia informada es una familia tranquila.
Informar a una familia no se trata simplemente de la formalización de un derecho del paciente y sus responsables (de la familia en general) sino de algo necesario en muchas ocasiones que el proceso terapéutico de tu paciente sea efectivo. Todos entendemos que dar una información correcta es necesario para que quien es informado, pueda tomar sus decisiones en el mayor grado de libertad posible, no es de extrañar que por eso sea un derecho. No obstante, tal vez la razón por la que es tan efectiva la correcta información sea porque nos da un suelo, más firme que el anterior a ser informados, para poder seguir caminando, sea cual sea el camino. Es decir, la información que das a tus pacientes y allegados va a suponer una motivación para continuar con el proceso terapéutico, sea cual sea su dirección.
Ahora bien, visto brevemente lo importante de informar, ¿cómo concretamos todo esto? Vayamos paso a paso. Lo primero, será fundamental que averigües tres sencillas cosas: informar a quién, informar sobre qué e informar cómo.
A nadie se nos escapa que, en el caso del cáncer infantil, deben de estar informados los padres, pero hay otros agentes a quienes no podemos olvidar o por lo menos, sobre los que debemos plantearnos dar información. Es fundamental que nos se nos olvide informar al niño enfermo. Habrá otros agentes sobre los que es opcional informar, pero en este caso será fundamental consultar a la familia si lo consienten, como es el caso de los profesores del niño. Tal vez nuestra visión pueda ser de utilidad para que sus docentes se hagan una idea de la ayuda que pueden prestar a su educación durante el proceso, o tal vez sirva para concienciarnos de la situación y ayudarles a dar el paso de vincularse.
Una vez detectados los quiénes, pasamos a hablar sobre el qué. Y decimos hablar porque como médico sabes mejor que nadie que el contenido de la información va a variar enormemente a lo largo del proceso, concretar aquí es imposible. Simplemente recordar que trates de dar siempre toda la información que consideres oportuna, como la dirección del proceso, lo que vas a hacer, incluso tus dudas cuando las haya.
El cómo vas a dar la información será fundamental. Habiendo tantos agentes a los que informar, no a todos los podras informar de la misma forma. La información la deberás adaptar a la forma de comprender de cada uno. Tal vez la forma de informar a sus familiares, a los profesores (si procede) o en definitiva, a los adultos responsables, sea la más sencilla. A la hora de transmitirles la información que necesitan, debemos utilizar un vocabulario simple e ideas sencillas, pero que transmitan la realidad de la situación y adaptando el lenguaje según la circunstancia.
Ahora bien, cuando se trata de informar al paciente, parece que la cosa cambia. Y más aún, cuanto más joven es el niño, por lo que vamos a concretar ejemplos que puedan ayudarnos a informar a los niños.
Tal vez, el recurso que debemos utilizar siempre sea el de explicar a niño la situación a través de las realidades que conoce y que está acostumbrado a manejar. Por lo que el punto número uno, será descubrir cuáles son estas realidades. Por ejemplo, el niño al que le guste el fútbol, un recurso que podemos utilizar es explicarle a través del fútbol que el cáncer es un partido en el que nosotros (equipo sanitario, familia y el paciente) somos de un equipo y el cáncer es el otro equipo. Para profundizar podemos utilizar la imagen. El niño suele responder y comprender mejor de manera visual, por lo que por ejemplo, utilizar dibujo que hagamos con el paciente o utilizar recursos audiovisuales adaptados a su edad como “Érase una vez el cuerpo humano” puede ofrecernos una solución a este problema.
Salta a la vista que la palabra clave aquí es ser creativo a la hora de integrar los recursos de los que disponemos con el problema que necesitamos responder.
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